
El porcentaje de quienes ven imposible siquiera ahorrar un euro es vergonzoso.
Porque el hecho de que más de la mitad de ciudadanos no sean capaces de hacerlo, lo es.
Cuando uno oye las cantidades que perciben quienes han perdido hasta su trabajo no puede por más que sentir vergüenza, por su parquedad. Hay quien dice que no es posible hacer más. Pero no me lo creo.
Y entiendo perfectamente que no exista capacidad de ahorro en la inmensa mayoría de consumidores. Bien es cierto que la llamaba "brecha" entre pobres y ricos es, en estos momentos, dramática. Pero no es, precisamente, a los segundos a los que me refiero, sino a los primeros que son los incapaces de ahorrar porque han perdido hasta la esperanza de conseguirlo
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