
Y eso lo hacen empresas muy "serias", con mucho nombre, y otras que no lo tienen tanto. A veces lo hacen utilizando logos y emblemas muy conocidos. En muchos casos, juegan con sentimientos y miedos muy sentidos. A veces, las empresas serias advierten de este riesgo, pero no siempre porque quienes se esconden detrás saben que sus negocios dependen de su capacidad de engañar a la gente. Y lo hacen sin ningún reparo.
Os recomiendo vivamente la lectura de dos de las últimas notas de OCU: SMS Premium: radiografía de un engaño y Hacienda no pide datos confidenciales por email. Las podéis encontrar en su web. En ellas se advierte de dos grandes riesgos que conviene (es necesario) tener muy en cuenta.
Uno se pregunta cómo es posible este nivel de inacción por parte de quienes tienen que velar por todos. Esos llamados pomposamente "poderes públicos". Pero es preciso advertir de algo muy elemental: también los consumidores tenemos algo que decir y no caer en la tentación de dar nuestros datos personales (en especial, nuestra cuenta asociada a nuestro nombre) con tanta facilidad. Bien es cierto que alguien debe protegernos, pero no hay duda de que los principales defensores de nosotros mismos somos nosotros mismos. Y a eso debemos aplicarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario