
Dicen que una lengua, un idioma,debe ser siempre un vehículo que permita la relación interpersonal. Por eso duele lo que considero una falta de respeto hacia las lenguas de Molière, Shakespeare o Cervantes en unos anuncios que ignoro cómo una marca que se diga tal permite.
No es, por supuesto, el único lugar donde podemos ver esta realidad. Mucho habría que decir de los mensajes SMS que se mandan, algunos de los cuáles son de imposible comprensión por las elipses y abreviaturas o lo que sea que contienen, pero es evidente que es necesario evitar que por esa dichosa máxima lleguemos a la incomprensión. Es verdad que una idioma, una lengua deben servir para esa relación.
Y por eso hay que cuidar de que, a base de un mal entendido chapurreo, lleguemos a todo lo contrario.
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