
Estoy oyendo las cifras que el presidente está dando y la verdad es que parece hablar de un país que nada tiene que ver con la dura realidad que nos golpea. Ni una palabra sobre la temporalidad, la precariedad y los bajos salarios.
El pestilente optimismo que oigo le lleva a decir que el año próximo será mejor y que estamos ante "las primeras navidades de la recuperación". Nada que decir de las palabras reales que escuchamos hace unos días
Que tenga la "mala follá" de hablar de avances sociales viendo el desierto en que ha dejado la política social es un desafuero que provocaría risa sino produjera la más que lógica indignación en los miles y miles de ciudadanos que llenan nuestras abultadas listas de desempleo.
Su lenguaje es tal que nada tiene que ver con la realidad que vivimos y que está muy lejos de lo manifestado hace un par de días en el discurso navideño del príncipe, quien por cierto poco más puede hacer lanzar su mensaje.
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