
De la misma manera que el hecho de la suciedad callejera justifica, siquiera mínimamente, lo que he presenciado esta mañana: un ¿señor?, que tras prepararse "adecuadamente", lanzó al suelo un buen lapo o escupitajo. Un gran escupitajo.
No justifico ni explico la suciedad generalizada a la que nos vemos sometidos por los dichosos recortes de quienes deben atender a mantener limpias las ciudades, pero incrementar la suciedad de una manera tan poco ciudadana, tampoco.
Entiendo que la limpieza de las ciudades es responsabilidad de todos y que nos corresponde a todos ser conscientes de ello. Seguramente si ello fuera así, si la educación primara en nuestra proridades, no conseguríamos ciudades limpias (hay un desgaste natural, suciedad incluida, bien perceptible, en especial cuando nuestros alcaldes o alcaldesas no tienen esa limpieza como prioridad). Pero, sin duda, contribuiríamos a que nuestras ciudades fueran menos sucias. Que ya es importante.
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