
Y, por vueltas que doy, no encuentro ningún "criterio sólido" que explique ese continuo malgasto, a ese continuo tirar alimentos sin otro fin que incrementar los beneficios, no de los ganaderos y agricultores sino de quienes no dudan en convertir en beneficios el pisoteo de derechos a que los someten.
Porque cuando uno ve cómo "se obliga" a ganaderos y agricultores a tirar alimentos de los llamados de primera necesidad porque los grandes se ponen de acuerdo en lo poco que les van a pagar o pagan sólo una palabra viene a mi mente. No es otra que insensibilidad. Y es que no se puede ser más insensible ante la tragedia que viven quienes, en estos días, han asistido, y asisten todavía, a una realidad que une pobreza y crueldad de una manera tan grande.
Por eso, hoy, día en que he tomado mi primer contacto con el Banco de Alimentos, mi pensamiento va a quienes cada mañana deben mirar al cielo para ver qué se esconde tras su azul o sus nubes y actuar en consecuencia.
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