
a 1.700 millones), definido como el mayor hachazo de la historia del sector. Y lo ha hecho basándose en un informe realizado ¡después!, unos meses más tarde, como demuestra su fecha. Y lo malo de todo esto, una prueba más de la transparencia con la que actúa nuestros gobernantes, es que no ha sido el propio gobierno quien ha dado a conocer el citado informe (inexistente en el día del recorte sino que ha tenido que ser el propio Tribunal Supremo quien lo ha hecho.
Este tipo de actuación, tan torticera, no tiene ningún efecto y la incapacidad demostrada no conlleva ningún tipo de dimisión (ese verbo que hay tanto y tantos incapaces de conjugar, a pesar de los sobrados méritos).
Uno piensa en todos y cada uno de los inversores, especialmente los más pequeños, que un día creyeron posible conseguir otro tipo de energía (oí que España importa hasta el 80% de la energía cuando vivimos en un país privilegiado para las energías alternativas). Y siento toda esa impotencia que proyecto en ese Ministro, Soria de apellido, principal culpable de la situación y cuya sonrisa constituye ya una insoportable mueca. La verdad es que ponen difícil conseguir niveles semejantes de incompetencia...
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