En nuestro país existen hasta 250.000 enfermos terminales,
es decir, personas para quienes no existe ya alternativa compatible con seguir
viviendo. Y en ese caso, para llegar a un final tranquilo, sólo vale la sedación
paliativa. Y esta solución no está recogida en ninguna ley lo que hace que la
mitad de nuestros enfermos en esta situación no accedan a ella.

En ese ámbito, las palabras de
Marcos Gómez, presidente de
la
Comisión Deontológica de la
Organización Médica Colegial (OMC) son concluyentes
: "La
sedación paliativa la decide un médico. Tiene lugar cuando hay persistencia de
uno o varios síntomas refractarios al tratamiento disponible. De tal modo que
no queda otra que reducir la conciencia del enfermo. Porque es la única
posibilidad de que tenga un final en paz", explica
. Y así es.
No se trata de legalizar la eutanasia, cuyo final es la muerte, sino de
conseguir que quienes llegan al final de sus días lo hagan sin sufrimiento.
La
ley que pretendía dar carta de naturaleza a esta sedación paliativa, ordenada
por un médico, está encallada en el Congreso. Sólo en algunas comunidades autónomas
(Andalucía, Canarias, Navarra y Baleares) existe un poco de conmiseración con
los enfermos terminales que ven acercarse el fin de sus días y quieren una
Muerte Digna, tratando de que dichos enfermos encuentren cobertura legal a una
posible actuación.
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