Porque lo que he oído ha superado todos los niveles de indignación. Pretender, como pretende el ministro, que todo el fallo ha sido de la pobre auxiliar de enfermería, que ha dado positivo y que ahora se enfrenta a un futuro incierto, es realmente grave. Claro que él se cuida mucho de culpabilizar a la que han hecho ya culpable e, incluso, "mentirosa" y habla siempre de que en el primer caso se cumplieron todos los protocolos, cosa que no se hizo en el segundo. Y ello a pesar de que ya se ha reconocido ante Europa, según la entrevista, "una relajación de protocolos" en el segundo caso.
Que todo ha sido por la falta de respeto de unos "protocolos" (maldita palabra que marca todo el asunto) me parece, simplemente, miserable. Quizás sea el momento de releer la carta del enfermero (http://amenfermerianoticias.
Cuando uno ve los trajes azules de protección de otros países de nuestro entorno y, por comparación, los amarillos de nuestros médicos y enfermeros, sujetos en brazos y piernas por cinta americana, lo único que queda claro es hasta que punto hemos sidos chapuceros en un tema, como éste, que ha superado por completo la capacidad de toma de decisiones.
Lo traigo a colación porque, en su dramatismo, refleja una realidad. He visto en redes al niño negro felicitándose con gozo porque "el Ébola ya ha llegado a Europa". Y eso porque sabe que, desde ese momento, las investigaciones para acabar con tan dramático virus se van a acelerar.
Estoy, cada día más convencido, de que la solución a este grave problema pasa porque los técnicos y expertos puedan actuar con los medios suficientes y sin interferencias políticas. Lo malo, en este caso, es que actúan ya contra reloj y ésa no parece una buena alternativa por mucho que sea la única que tenemos.
P.D. Estoy oyendo las declaraciones del Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid y puedo creerlo porque, al tiempo que lo oigo, lo estoy viendo. Esas del "master" y el traje. Sólo se me ocurre un adjetivo: ¡PATÉTICO!
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