En una misma pausa publicitaria en la emisión de una serie
televisiva aparecieron, con otro anuncio de por medio, los de dos productos que
ayudaban a luchar contra el colesterol. “El colesterol no avisa”, decían
para no dejar de tomar Danacol. “Reduce el colesterol”, anunciaban desde
Flora ProActiv. Afortunadamente son mensajes que están cayendo en desuso. Pero no han impedido que el colesterol sea visto como enemigo a batir.
Hay que decir que el colesterol es una “grasa” presente en el
organismo de forma natural y que juega un papel esencial en muchas funciones
del organismo como la construcción de las paredes de las células, la síntesis
de algunas hormonas y de la vitamina D y el funcionamiento del sistema
nervioso.
Es cierto que, en exceso, hay un riesgo de que, al circular por la
sangre asociado a unas proteínas, se acumule en los vasos sanguíneos y se
incremente el riesgo de accidente vascular. Pero de esto a referirse al
colesterol como algo malo va un gran trecho que conviene no caminar.
Si estamos sanos, la mejor manera de reducir ese riesgo es apostar por una
dieta variada y equilibrada (esa que denominamos mediterránea) y un ejercicio
moderado más que pasarse a productos que presumen de reducirlo.
Si, tras un
análisis, descubrimos unas cantidades de colesterol en sangre que deben ser
reducidas, lo razonable es ponerse en manos de un profesional médico que nos
ayude a situarlo y mantenerlo en sus niveles adecuados. En cualquier caso, en
éste, como en otros muchos ámbitos de nuestra vida de consumidores, no estaría
de más situar la publicidad en sus justos términos y dar paso a la información.
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