martes, 11 de agosto de 2015

NEOFOBIA O LA IMPORTANCIA DE COMER A GUSTO

Dicen que es el mal del futuro. Y creo que dicen bien. Es la llamada neofobia o rechazo a consumir "nuevos" alimentos.  Por regla general, un niño puede rechazar loas nuevos alimentos hasta una edad determinada que suele acabar a los cinco años, aunque su más pleno auge se sitúa dos o tres año antes. Es lógico. "Los niños y niñas que experimentan neofobia alimentaria presentan también signos de angustia y ansiedad, y el comportamiento incluso puede llegar a ser habitual en la edad adulta" dice la investigadora de la Facultad de Psicología de la UPV/EHU, Edurne Maiz, que ha estudiado el fenómeno en su tesis doctoral.
Como tal fenómeno tiene connotaciones ambientales si por tal entendemos que es preciso desarrollar un marco adecuado para el desarrollo no de la neofobia sino de la neofilia, es decir, de la capacidad de encontrar pautas adecuadas para introducir en la dietas alimentos nuevos.

En esto, como en tantos y tantos ámbitos, el papel y el control de los padres es fundamental. Saber que es lo que comen y cuándo lo hacen es necesario. Muy a menudo son ellos los que desarrollan hábitos alimentarios en los niños y son ellos, muchas veces por "dejadez" los responsables de que los niños desarrollen esta neofobia.

En ese equilibrio en el que los padres deben fijarse y atender a la presión que se ejerce a la hora de que un niño coma (o no) determinados alimentos. Porque muchas veces el  rechazo tiene raíces que tienen muy poco que ver con los ingredientes del alimento. Por eso, un clima adecuado es muy importante a la hora de introducir nuevos alimentos en la dietas de nuestros menores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario