viernes, 17 de julio de 2015

AEROLÍNEAS O EL NUEVO PILATOS

Las compañías aéreas apenas reconocen sus múltiples fallos. Los pasajeros (que ya superan ampliamente el millón de personas), si tienen esa osadía se ven enfrentados a una problemáticas de muy difícil solución: demostrar que el retraso no se debe a las ya famosas, por lo estériles para quienes viajan, "circunstancias extraordinarias".

Y ello a pesar de lo claras que son las leyes europeas. Si el retraso supera las tres horas existe un baremo de indemnizaciones en función de los kilómetros que va desde los 250 euros, para vuelos de hasta 1.500 kilómetros, a los 600 euros sin el desplazamiento supera los 3.500 kilómetros.

Pero la añagaza existe en el propio reglamento. Como leemos en El Confidencial, "el secreto está en la ambigua redacción del artículo 7 del Reglamento 261/2004 que regula el sistema de compensaciones en toda Europa. Según el texto, la aerolínea no está obligada a pagar una compensación si puede probar que el retraso se debe a 'circunstancias extraordinarias que no podrían haberse evitado incluso si se hubieran tomado todas las medidas razonables'. Y para las compañías, si no se demuestra lo contrario, absolutamente todos los retrasos se deben a 'circunstancias extraordinarias'. Incluidos sus propios fallos técnicos".

Cuentan de una abogada austriaca, Friederike Wallentin-Hermann que en 2005 tuvo que esperar hasta cinco largos años para conseguir una indemnización de 250 euros y, aunque su caso creó jurisprudencia, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sufre retrasos tales que hacen insoportable cualquier reclamación.

Ello no empece que las aerolíneas, cual moderno Pilatos, sigan negándose a colaborar con la justicia y que sea necesario conseguir en los tribunales lo que un correcto funcionamiento (y un simple reconocimiento de los fallos propios) haría posible: que no hubiera que esperar tanto tiempo para conseguir una cantidad tan pequeña de dinero. Pero, como se vio en el Reino Unido, son las propias compañías aéreas las que muestran sus reticencias a colaborar. Compañías como Ryanair, Delta, United Airlines o Virgin se negaron a colaborar con la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido cuando pretendió el fin de esa actuación. Solo British Airways, EasyJet y Thomas Cook & Thomson se mostraron dispuestas a colaborar.

Acabamos con la agencia en la que presentar una más que lenta reclamación si las cosas van mal. Es la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), cuya Web podéis encontrar en la Red.

No hay comentarios:

Publicar un comentario