No sé cuál puede ser el nivel máximo de vergüenza y si es posible superarlo pero de lo que no me cabe duda es de que hoy se han superado mucho cualquiera de ellos. Estoy viendo hablar de "tranquilidad" a la ministra de sanidad y, honestamente, supongo que a muchos de los que lo han oído, como me ha sucedido a mi, les ha sonado a "música celestial" o quizás habría que hablar de "infernal".
Porque en el caso del contagio de Ébola hay muchas más cuestiones sin explicación que verdades incuestionable (si hay alguna). La llamada rueda de prensa, o lo que fuera, de la ministra Mato fue todo un desatino sin ninguna repuesta más allá de un absurdo intento de llamar a la tranquilidad. Es imposible, yo lo creo así, tratar de transmitir tranquilidad cuando no puede ofrecerse ninguna respuesta a ninguna pregunta.
No entraré, aunque hay muchas cosas que decir al respecto, sobre el impacto internacional del gran honor que nos toca: ser el país europeo con el primer caso de contagio por Ébola.
Pero volvamos a la rueda de prensa, o lo que fuera, de nuestra ministra. Puestos a ser patéticos, es realmente rocambolesco como trató de escabullirse a una cuestión que era, a mi juicio, directa y se refería a una cuestión muy concreta: ¿va a dimitir alguien después de este desaguisado?
La respuesta, que no dio la ministra, me atrevo a darla yo. ¿Se le ocurre a alguien que alguien pueda dimitir en nuestro país? Yo pienso que no.
Se trata de un blog en el que el consumo es el denominador común, aunque a veces la relación con él sea casi marginal y cueste verla. Con estas reflexiones, José María Múgica Flores, ex director general de OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) pretende dos cosas: no perder contacto con un mundo apasionante, como es el consumo, y ofrecer su experiencia de casi 25 años a los consumidores del futuro.
http://www.publico.es/politica/548555/ana-mato-en-2009-una-ministra-debe-impedir-que-la-enfermedad-se-propague-o-dimitir
ResponderEliminar¡Seguro que sí! Si ella mismo lo dejó claro en su día.
Totalmente de acuerdo con el contenido del artículo. Lo malo es que los toros, vistos desde la barrera, no suelen producir esas urgencias cuando de dimitir se trata. Por supuesto que tendría que haber consecuencias, aunque mucho me temo que no las habrá.
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