Dice la noticia que el whatsapp camina hacia los 1.000 millones de usuarios. Hoy es difícil pensar en un sólo móvil que no esté conectado a esa aplicación de aplicaciones y es casi imposible imaginar un teléfono móvil sin ella como principal recurso de comunicación en lo que a mensajes se refiere. Y ello a pesar de la brutal competencia con la que ha contado por parte de varias empresas que han pugnado por conseguir la primacía.
Dos elementos has sido determinantes: la gran simplicidad que hace que hoy sea prácticamente igual a cómo fue concebida por su fundador, Jan Koum, y la absoluta falta de anuncios, una opción cabreante para quienes deben padecerlo.
Dicen que el año y medio ha duplicado sus usuarios y es más que probable que esos 1.000 millones de los que se habla sean ya historia pasada cuando se cumpla este 2015. Pero la monstruosa cifra pagada en su adquisición, 19.000 millones de dólares, parece hoy más que satisfactoria, para una aplicación que suma, cada día, hasta u millón más de usuarios,
Como dijo su fundador, "Nadie en la historia ha logrado algo parecido". Sin anuncios. Su propia simplicidad es garantía de que se volverá a utilizar. Es lo que ha hecho que la siguiente aplicación, WeChat, esta, en estos momentos a unos 600 millones de usuarios por debajo del whatsapp, con una aplicación, Facebook, que le proporciona un número muy importante de usuarios.
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