sábado, 10 de octubre de 2015

SOMOS LO QUE COMEMOS

No se trata de alcanzar la edad de 120 ó 130 años. Pero de lo que no hay duda es de que a nadie le viene mal una mejor calidad de vida, Dicen que ya lo dijo Hipócrates y es verdad: "Somos lo que comemos". Porque de lo que no hay duda es de que la relación entre el tipo de alimentación y nuestra salud es directa. La diabetes, algunos tipos de cánceres y muchas enfermedades cardiovasculares tendrían una menor incidencia cuando no desaparecerían por completo.

Un estudio realizado en China concluyó con la afirmación que intitula este comentario. Y la Universidad de Harvard nos indica los hábitos alimentarios que todos debemos tener en cuenta.

Así debemos hace algunas recomendaciones importantes como:

1.- Reducir la ingesta de grasas animales cuyo consumo excesivo puede causar problemas cardiovasculares.

2.- Asegurarse de tomar fibra en nuestra dieta y que una parte importante de esta provenga de las verduras y sobre todo la fruta, que, en la medida de lo posible, es mejor consumir fuera de las comidas. Por ejemplo un par de piezas a media mañana o a la hora de la merienda, sería lo ideal. Cuando escojamos la fruta debemos procurar que esta sea variada y de distintos tonos y colores.

3.- Los alimentos que deberían constituir la base de nuestra alimentación diaria deben ser los cereales integrales y las legumbres, una fantástica fuente de proteínas que, combinadas, tal y como hacían nuestras abuelas (lentejas con arroz, por ejemplo) potencian sus efectos saludables sobre nuestra salud.

4.- Tomar pescado, a ser posible salvaje, porque nos asegura que ha tenido una alimentación saludable y propia de este tipo de animales. O lo que es lo mismo, que se alimentan de nutrientes que proceden de su mismo medio.

5.- Tomar hidratos. La cuestión es que estos hidratos deben proceder de las fuentes correctas. Es decir, de alimentos integrales no refinados. La aportación de hidratos en nuestra dieta es necesaria e insustituible.

6.- Las mejores proteínas son las del pescado salvaje, las nueces, el pollo y el pavo, cuando éstos sean de granjas y alimentación orgánica.

7.- Hay que tratar de tomar alimentos que equilibren la acidez y la alcalinidad de nuestro cuerpo. Debemos tratar de ser más alcalinos que ácidos.

8.- Debemos asegurar una ingesta mínima de calcio, aunque con seguridad, los lácteos y la leche no son la mejor fuente para ello, por lo que habría que buscar alternativas.

9.- Hidratarse es importante, siempre con agua y evitarlos zumos procesados y los refrescos por su alto contenido en azúcares, café y té, tratando de limitar el consumo de alcohol y, sobre todo de licores y similares.

10- Finalmente, un aporte adicional de vitaminas diarias es saludable y de todas ellas concretamente la vitamina D. Un baño de sol diario en las horas finales del día, cuando el sol no calienta, mientras hace alguna actividad en el exterior es lo ideal.

Esto, unido a un ejercicio físico regular (150 minutos semanales pueden bastar) reduce de manera significativa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y permite disfrutar de una vida en plenitud.

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