Liberalizacion que implica deshacer toda las barreras actuales, incluso para los medicamentos que implican prescripción médica. Lega a promover la venta online de los fármacos y posibilita la aparición de las cadenas. Eso sí, en algunos casos se puede“valorar la conveniencia de la intervención de un técnico competente”.
Siempre he hablado de los medicamentos con respeto porque entiendo que son sustancias que curan pero cuyos efectos secundarios es preciso conocer. De ahí la importancia del auténtico farmacéutico cuyo papel es, como asesor y en muchos casos, determinante.
De ahí que no entienda demasiado la nota de la CNMC y esté bastante más cerca de la del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que asegura que las prácticas propuestas “pondrían en riesgo la salud de los ciudadanos”.
Porque, por mucho que se quiera, un medicamento no es como un bien de consumo cualquiera. De ahí que el lugar donde se dispensan (no se venden en sentido estricto). Como dice la doctora Isabel Portero de la Universidad Complutense de Madrid, “aunque haya medicamentos que no necesiten receta médica como tal no significa que no necesiten el apoyo del farmacéutico. Vender medicamentos en el supermercado presupone un conocimiento muy alto por parte de la población general sobre qué son y cómo funcionan. El riesgo es alto, porque la mayoría de la gente no sabe de estas cosas y en un supermercado no hay nadie que les pueda aconsejar”.
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