miércoles, 13 de mayo de 2015

EL ¿NUEVO? RECIBO DE LA LUZ

El Instituto Sondea ha realizado un interesante estudio sobe el tan traído y llevado recibo de la luz. Según sus resultados, la cuarta parte de los consumidores que han sido encuestados dedican más de cinco minutos a la tarea de tratar de entender ese galimatías.  El resto, un 75% de los encuestados confiesa que dedica menos de ese tiempo a la tarea de tratar de entender el recibo de la luz. La practica totalidad sabe con qué compañía tiene contratada la luz y algo más del 80% dice conocer la potencia contratada.

Ya nos gustaría ser más optimistas con la llegada de la nueva facturación de la luz, según dicen más simplificada. Sin embargo, mucho me temo que, con ella, serán pocos los afortunados que conseguirán entender qué diablos pagan de electricidad. En teoría, aunque la nueva factura fue aprobada en junio, dado el plazo otorgado a las compañías para la adaptación, no se dispondrá de la nueva facturación hasta el mes de octubre.

Entre las quejas más habituales de los consumidores de a pie está, con relación a este recibo, las grandes dificultades para entender qué es lo que están pagando, Más en concreto, guardan relación con el desglose completo de las facturas. Bien es cierto que las distintas compañías son conscientes de este problema y, en algún caso, han introducido datos para ayudar a su comprensión. Pero han sido siempre de forma incompleta, de forma y manera que el recibo de la luz sigue siendo uno de los grandes misterios...

Se pretende con el nuevo recibo que los consumidores "reciban información transparente sobre los precios, tarifas y condiciones generales aplicables al acceso y uso de los servicios de electricidad y estén informados adecuadamente de su consumo real y de los costes correspondientes con una frecuencia que les permita regular su propio consumo eléctrico". El objetivo no puede ser más loable. Mucho me temo que la realidad, como casi siempre, se quede corta y el recibo de la luz siga siendo  incomprensible porque aunque el contenido sea obligatorio el formato no lo es y en este caso el formato en muy, muy importante.

Soy consciente de la importancia de este recibo pero el hecho de que el propio gobierno haya establecido hasta cinco modelos diferentes de modelos en función de la tarifa, dice bien a las claras a que nos estamos enfrentando. No tiene sentido, ahora, analizar cada uno de los nuevos modelos pero mucho me temo que seguiremos con una luz tan cara y unos recibos realmente oscuros.

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