jueves, 16 de abril de 2015

LA VIVIENDA Y LOS FONDOS "BUITRE"

Ayer, miércoles,vi un programa de televisión, Comando de actualidad se llamaba, que me abrió las carnes. Supongo que pretendía ser una programa de denuncia. Lo que no sé es si, realmente, lo consiguió. Versó sobre las llamadas hipotecas-burbuja y sobre el precio de las viviendas del IVIMA (Instituto de la VIvienda MAdrileño). Sus datos fueron realmente duros porque afectaban a quienes no tienen poder adquisitivo o lo tienen muy limitado.

En el primer tema, hablaron de más de 668.000 hipotecas que podían entrar en ese grupo porque la casas se habían depreciado y, en muchos casos, en la práctica, se debía más dinero del que se había solicitado como hipoteca. Así, aunque en teoría es bueno que bajen los precios, para el consumidor "de a pie" no lo es tanto en este caso. Estas hipotecas (con prevalencia en la Comunidad de Madrid y Cataluña) acaban por ser un yugo demasiado pesado para quienes deben enfrentarse a ellas. Los ejemplos que pusieron, que no repetiré aquí porque los considero innecesarios, fueron muy graves.

Aunque hablaron también de Lugo y acabaron con una jugosa entrevista con un miembro de la Guardia Civil, los datos, correspondieron en su mayoría al IVIMA, a la hora de hablar de las casas-chollos, esas casas que en un primer momento se vendieron o alquilaron a precios más que asequibles pero que acabaron en muchos casos en desahucios, cuando no en pesada e insoportable carga para los que cometieron el desaguisado de confiar en el Instituto. Resulta que éste vendió toda una promoción (hablaron de 26.000 viviendas de las que, al menos, el 40% eran "protegidas") a un Fondo Buitre que multiplicó por bastante la renta, sin ningún tipo de compromiso social. La entrevista con uno de los responsables del cobro (la empresa Encasa Cibeles es la que se encarga de ello) no tuvo desperdicio por la falta de sensibilidad que demostró. O al menos eso me pareció... Habló, como si nada, de pasar de una renta de 430 euros a 750 euros como mínimo e, incluso, de 1.150 en las viviendas más grandes.

Uno siempre pensó en que el papel de la Constitución Española era garantía suficiente. Pero no lo es cuando un bien, tan preciado e imprescindible como éste lo ponen en juego.

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