jueves, 27 de noviembre de 2014

AGUA, LUZ Y CALOR: ¡HAY QUE TOMAR MEDIDAS!

He oído una discusión acerca de la precariedad de algunas familias y la necesidad de que las grandes empresas contemplen la posibilidad de adecuar sus servicios a las situaciones concretas de los consumidores, en especial, a los más necesitados. Luego he visto en televisión cómo hay familias que la única forma de hacer frente al consumo eléctrico es reducir o anular la posibilidad de controlar el frío por medio de la calefacción. Todavía en estos momentos tengo en mi retina la imagen de una mujer que antes de sentarse a ver la televisión abre una gran manta con la que se cubre para luchar contra él.

Las grandes empresas de los principales servicios (electricidad, agua y gas) no deberían nunca, por ley, cortar esos servicios si un consumidor no puede hacer frente al pago de unos servicios que suben a un ritmo realmente preocupante. Dado lo enorme de los beneficios que disfrutan, con unas subidas permanente hasta niveles difícilmente aceptable algo habría que hacer para evitar que alguno de esos ciudadanos sufran el "corte" del servicios porque no disponen del dinero necesario para atender al pago debido a esas empresas.

No sé si la solución pasaría porque los citados servicios fueran propios del estado o si hubiera, como existe ya en determinados casos, un mínimo "inembargable" de forma que haya servicios que no puedan ser cortados en ningún caso. Y ese mínimo inembargable debería cubrir las necesidades mas perentorias de agua, luz y calor.

Pero hay algo que no admite cuestión: hay servicios de los que un estado con sentido ¿común? no puede privar a sus ciudadanos.

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