jueves, 6 de noviembre de 2014

EL TABACO , UNA CUESTIÓN CANDENTE

La noticia es agridulce. Por un lado dice que las marcas de tabaco modifican su estrategia y las más baratas (en torno a los 4 euros) están subiendo de manera significativa aunque las ventas de tabaco han bajado a la mitad en cinco años.


Los datos son concluyentes pero lo preocupante de este hecho son las consecuencias que se recogen en la noticia. Porque la grandes tabaqueras son conscientes de él y están produciendo nuevo tabaco a precio más reducido. Eso unido al hecho de que se está produciendo una sustitución del tabaco para liar (tradicional picadura) por la picadura para pipa, debido a su particular fiscalidad, más baja en ésta última por razones desconocidas, debería llevarnos a una profunda reflexión.

Alguien dijo algo que comparto plenamente. Y es que si el tabaco se hubiera descubierto hace unos años y no en tiempos de Colón, hoy estaría entre las sustancias más prohibidas. Porque sus niveles de adicción, potenciado por las tabaqueras, es tal que es muy difícil sustraerse a él, una vez que lo hemos introducido en nuestras vidas. Y ello a pesar de todas las advertencias, sobre las que me gustaría hacer un punto.

Personalmente he sido testigo de las risas en grupo de fumadores del tan traído y llevado "El tabaco mata". Por grande que se hagan las letras del mensaje o, como piden determinadas voces, se sustituyan por fotos, pocos efectos se pueden conseguir  para quienes han decidido fumar.

No sé si existe otra sustancia (o mezcla de sustancias) en que exista la profunda contradicción de ser tan dañina para la salud y se permita, siempre por razones de índole social que nunca entenderé, su publicidad (por mucho que se haya restringido en determinados ámbitos) y su venta, incluso con establecimientos propios como son los estancos. Soy consciente de que el hábito de fumar no es fácil de erradicar, pero también lo soy de que a ello deberíamos aplicarnos allí dónde sea posible. Nuestra salud y la salud pública lo agradecerán.

Claro que no estoy abogando por una prohibición sin más. Creo que somos nosotros, los consumidores, quienes hemos de abanderar esta batalla y tomar consciencia de que un mundo sin humo de tabaco siempre será preferible a otro en el que se fume sin problema. Desgraciadamente demasiados humos hemos de soportar ya...

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