Como cada año, OCU ha realizado su ranking,
vergonzoso, de empresas más reclamadas. De aquellas que más número de quejas
han provocado. Movistar, Iberdrola, Vueling, e-Dreams, Groupon, Media Markt,
Bankia, Mapfre, Fagor, Sony, The Phone House y Volswagen-Audi encabezan, por
sectores, las entidades con mayor número
de quejas. Ninguna de ellas deja de sorprendernos. Y, desde luego, no es por
el número actuaciones concretas que vienen en realizar, que también, sino por
la falta de respeto que hacia el consumidor vienen demostrando.
Bien es cierto que hay empresas que, incluso, tienen quienes
de dedican a arreglar las posibles disfuciones (quejas y reclamaciones en un lenguaje más común). Pero lamentablemente no son
muchas las ocasiones en que las posibles reclamaciones no son objeto de una
gran batalla hasta conseguir el reconocimiento de los que en esta historia
aparecen como los más débiles.
Por eso, la iniciativa de OCU me parece digna de ser bien
acogida. Hace tiempo que esta asociación trata de conseguir firmas para
conseguir algo tan simple como esa Ley de Servicios de Atención al Cliente (https://www.change.org/p/por-una-ley-de-atenci%C3%B3n-al-cliente-justa-y-urgente-frustraci%C3%B3nalcliente)
que duerme, desde el comienzo en los cajones de no sabemos qué ministerio o
secretaría.
Una ley que no cabe duda de que si se cumpliera (porque las leyes están para cumplirse) pondría un poco de justicia en un ámbito dejado de la mano, supongo que
de Dios y de los hombres, y que provoca un número muy importante de situaciones
injustas en las que el consumidor acaba siendo la parte más débil de la
historia.
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