Bankia es, en su 62% propiedad del estado español. Su matriz, BFA, lo es en
su totalidad. Ambos son los culpables del agujero económico que Bankia ha producido
en los que han confiado en ella y que ahora no saben ni cuánto ni cuándo van a
recuperar sus dineros. El coste de la ya famosa campaña de Rodrigo Rato va a
ser tan elevado como incierto en estos momentos. Porque si el gobierno no toma
medidas, que seguramente no lo va a hacer, la única solución pasa por la reclamación en
tribunales de cada uno de los afectados. Uno por uno...
No voy a entrar en las elevadas pérdidas en Bolsa, cuyas acciones (las de
Bankia) han perdido ya más de mil millones. Pienso que, en estos momentos, hay
cosas mucho más importantes. El alcance de las palabras sobre la "imagen
fiel" de la entidad financiera se revela, ahora, como realmente
importante.
Pero el problema no es baladí. Porque la actuación del gobierno es, en este
caso, lamentable. Lo hemos dicho en más de una ocasión: no es probable que se
tomen medidas que lleven a la lógica restitución del daño hecho. Es el precio a
pagar por la propia naturaleza de quien es dueño de Bankia, es decir. principalmente, el estado español
Considero tan necesarias como improbables las medidas
citadas. Sólo algo más de la mitad de los casi 350.000 clientes minoristas
podrían demandar a Bankia para recuperar el dinero "desaparecido". Los demás
minoristas no parece que vayan a hacer nada. El elevado coste de una acción
judicial y el tiempo que implica son, de por sí, bastante disuasorios. Lo que
queda esperar es que el agujero de ¡20.000 millones de euros!, según el propio
Goirrigolzarri reconoció en mayo de 2012, quede "sólo" en esa
cantidad.
En palabras del diputado Álvaro Anchuelo, de UPyD, partido que demandó por
estafa a Bankia, "se está jugando a que la gente no reclame, cuando la
respuesta correcta sería la contraria: devolver a los afectados las inversiones
porque han fallado los mecanismos de control. Así se despejarían también las
dudas sobre la entidad".
No es momento para discutir lo que Bankia va a costar al estado español (es
decir a todos nosotros). Sea lo que sea, la cantidad que nos sale es,
realmente, importante. Y, además, hay que añadir a esa cantidad las costas (si
como parece probable pierde el juicio) y que algunas fuentes sitúan cerca de
600 millones de euros más.
En fin, números mareantes, fruto de una pésima gestión por parte del
sonriente Rato y sus adláteres, tras hacer sonar una campana dorada cuya imagen (la de Rato) tardaremos
mucho en olvidar.
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