lunes, 15 de septiembre de 2014

POR AHÍ NO, MIGUELAÑEZ

He visto el anuncio varias veces. En él, un pequeño (de pocos años) niega, con la boca bien sucia con trozos de gominolas pegadas (prueba evidente de su "pecado"), haber comido los dulces.

Bien es verdad que en el mensaje se dice que los niños no deben mentir, como hace el protagonista del anuncio. Pero no me gusta el tal anuncio.

Puede parecer una tontería, pero el niño miente porque sí ha comido gominolas. Y entonces la gracia de la candidez del niño, en mi opinión se desvanece.

Por eso, insisto, el anuncio no me gusta, sea cual sea su legalidad que no cuestiono. El problema está en el mensaje y en ese niño, cándido, que miente por mucho que la mentira sea tan evidente... y graciosa.

Realmente, ¿se puede hablar de un verdadero "Gente dulce" o sweet people en su versión inglesa?

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